Una mochila de biogás para encarar la pobreza energética
¿En qué consiste la mochila de biogás?
Qué es: Es una bolsa plegable, sin presión, que permite transportar biogás producido en un biodigestor hasta la vivienda para usos domésticos, especialmente para cocinar. Se complementa con un quemador modular, estufa, los componentes necesarios, etc.
Lo que encontrarás aquí
Capacidad: Un modelo tiene capacidad para aproximadamente 1,2 metros cúbicos de biogás, lo que corresponde a unas 6 kWh de energía, lo suficiente en muchas familias para cocinar entre 2-4 horas al día.
Seguridad: La mochila no está presurizada, lo que reduce riesgos de explosión. Además, se fabrica con materiales robustos que soportan el uso cotidiano.
Cómo funciona / modelos de uso
El usuario produce biogás con un biodigestor (por ejemplo con estiércol u otros residuos orgánicos). Parte de ese gas se almacena en la mochila.
Luego se conecta la mochila a una estufa o quemador a través de una manguera para cocinar. El sistema permite que el gas se use de forma controlada.
También la mochila permite que quien tenga suficiente producción de biogás venda el excedente: otros hogares pueden comprar gas almacenado en estas mochilas. Así la mochila no solo sirve al uso personal, sino que se convierte en parte de un modelo de negocio local.
Ventajas y retos
Ventajas:
- Mejora la calidad de vida: reduce el uso de leña o carbón, menos humo, menor riesgo para la salud.
- Más comodidad al cocinar: el gas permite encender/apagar rápidamente, mejor control de calor.
- Genera oportunidades de ingresos si se comercializa el gas excedente.
Retos:
- Mantenimiento: si los biodigestores o las mochilas no se cuidan bien, pueden dejar de funcionar.
- Costo inicial vs capacidad de pago de los usuarios: aunque los precios son relativamente bajos, sigue habiendo barreras económicas y logísticas.
- Escalabilidad y durabilidad: asegurar que los materiales sean duraderos y que el sistema pueda mantenerse a lo largo del tiempo.
La mochila fue diseñada por una ingeniera llamada Katrin Pütz quien creó una empresa social para impulsar este proyecto, (B)energy, apostando por un modelo de negocio sostenible, sin depender de la ayuda al desarrollo.
Esta iniciativa nos recuerda que la transición energética no es solo una cuestión tecnológica, sino también social y de justicia